RINCONES

Castro de Rei

10:32hs
martes 5 de enero, 2021

Castro de Viladonga

En la Terra Chá, el municipio de Castro de Rei se caracteriza por una variedad paisajística de gran interés, planicies, lagunas, extensos humedales que sirven de cobijo para numerosas aves acuáticas.
La riqueza ecológica de la zona está marcada por un paisaje lleno de colores y hábitats en el que conviven praderas, cultivos, brezales y juncales.
En el municipio lucense de Castro do Rei, comarca de Terra Chá, se encuentra el yacimiento arqueológico del Castro de Viladonga. Se halla a 24 km. al Noreste de Lugo, accesible por la carretera nacional N-640.
Se trata de un asentamiento castreño, galaico-romano tardío, habitado entre los siglos II y V d.C. Se comenzó a excavar en 1971 y en él se continúan realizando periódicamente trabajos arqueológicos. Es importante como modelo en el que reflejar los hábitos de los pobladores galaicos durante el período de dominación romana.

Los descubrimientos arqueológicos realizados en las campañas 2019-20 han reescrito la historia del Castro, remontando sus orígenes a la Edad del Hierro, al siglo III a.C. En la anterior campaña arqueológica se descubrió un aljibe, con capacidad para 80 metros cúbicos de agua. En 2020 se descubrió una espectacular hacha votiva, decorada con una espectacular decoración. Ambos descubrimientos fueron fechados en la tercera centuria antes de nuestra era.

El Castro cuenta con varias murallas y fosos, dos antecastros, y una amplia acrópolis en el centro de la colina. Es en esta área donde se encuentran la mayoría de las edificaciones descubiertas: casas, corrales y almacenes. La visita al Castro es libre y gratuita.


El Museo Arqueológico del Castro de Viladonga se encuentra situado a los pies de la muralla de acceso al Castro. En sus cuatro salas se exponen los principales objetos hallados en las excavaciones arqueológicas realizadas durante los últimos cuarenta años. La sala 1 está relacionada con el medio natural del yacimiento. La sala 2 está dedicada a la vida diaria del castro de Viladonga y la cultura castreña y galaico-romana. La sala 3 muestra objetos de uso personal, juegos y amuletos. La sala 0 repasa la historia de la arqueología en el Castro y la del propio museo. Sus exposiciones hacen del museo un complemento ineludible a la visita del castro.


Puente Romano de Duarria, Lugo. Realizado con pizarra, con un arco de medio punto y calzada empedrada. Ubicado sobre el río Vello, fue recientemente restaurado y adecentado su entorno de vegetación autóctona. En las proximidades se encuentra el castro de Duarría, en cuyo entorno aparecieron numerosos restos de época romana.

Laguna Caque

Es este un pequeño espacio en el que la naturaleza encuentra refugio, en tiempos abundante de agua. Hoy tiene menos caudal pero los esfuerzos de recuperación y regeneración del conjunto de humedales de Terra Chá, al que pertenece la Lagoa de Caque, han permitido que se mantenga como un tesoro natural rebosante de diversidad biológica. Aquí se pueden contemplar avefrías, ánades, garzas, lavanderas o el martín pescador, además de anfibios como salamandras, tritones o la rana de San Antonio. Con paciencia se pueden ver nutrias, erizos y ardillas y entre las especies vegetales se encuentran espadañas, sauces y abedules. Una ruta acondicionada con observatorios permite conocer este pequeño paraíso del interior de Galicia, al que se accede desde la parroquia de Castro de Ribeiras de Lea.

Entre sus reservas de flora y fauna figuran más de cien especies protegidas y en todos los momentos del año se encuentran aves de interés, especialmente para los amantes del turismo ornitológico. Escondida entre la vegetación arbórea, la laguna se puede visitar a pie o en bicicleta, dirigiéndose hacia un sendero que sale del margen derecho de la carretera. Englobada dentro del LIC Parga-Ladra-Támoga, el interés acuífero se extiende hasta la parroquia de Ribeiras de Lea, donde también existe una ruta del agua, además del reseñable itinerario que recorre todos los cruceiros y cruces del histórico concello de Castro de Rei.

Aeródromo de Rozas

El aeródromo de Rozas fue construido por los alemanes durante la II Guerra Mundial con el fin de proporcionar un mantenimiento rápido a las antenas del radiofaro Consol (Torres de Arneiro).


Situado en la localidad de Rozas, el aeródromo estaba constituido por tres hangares de considerables dimensiones, y se dice que atendido por personal alemán, aunque esto no es verdad; el aeródromo era atendido por soldados del Ejército del Aire español. Además de los tres hangares, disponían de barracones auxiliares.
Una vez finalizada la contienda, el aeródromo de Rozas fue reconocido como un lugar excepcional para la creación de un aeropuerto de mayores dimensiones y llegó a ser base aérea durante algún tiempo en el que había una guarnición militar de tropas de aviación. En el año 1949 el aeródromo de Rozas se convirtió el aeropuerto central de Galicia. Esta situación se mantuvo durante dos años, mientras se llevaba a cabo la construcción del aeropuerto de Santiago de Compostela.

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